En las últimas semanas, los argentinos han enfrentado un nuevo golpe a su economía diaria: el aumento del precio de la carne , uno de los productos más emblemáticos de la dieta local. Según informes recientes de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores , este incremento responde a una combinación de factores climáticos, estacionales y estructurales que afectan tanto al mercado interno como a las exportaciones.
Frente a este escenario, los principales cortes de carne ya reflejan cifras impactantes. Estos son los promedios por kilo según datos recopilados esta semana:
Estos valores no solo representan un desafío para el bolsillo de los consumidores, sino también un indicador de cómo el sector cárnico atraviesa una crisis profunda.
Según Schiariti , la situación de los productores locales es alarmante: “Argentina tiene el novillo más caro de Sudamérica en este momento” . Esta realidad está directamente relacionada con el tipo de cambio planchado, lo que genera que las exportaciones pierdan competitividad frente a otros países de la región.
Para abordar este problema, el presidente de la CICCRA propone dos medidas clave:
Sin embargo, estas soluciones requieren tiempo y voluntad política, mientras tanto, los consumidores continúan pagando las consecuencias.
El año 2024 cerrará con un promedio de 47,7 kilos de carne vacuna por habitante , lo que representa una caída del 9% respecto a 2023. Este descenso se debe principalmente a la creciente preferencia por alternativas más económicas, como el pollo o el cerdo.
“Con lo mismo que se compra un kilo de carne vacuna, se pueden adquirir 3 kilos de pollo o 2 kilos de cerdo” , señaló Schiariti , destacando cómo los hábitos alimenticios están cambiando rápidamente ante la imposibilidad de muchas familias de mantener su consumo habitual de carne vacuna.
El aumento sostenido de los precios de la carne no solo afecta a los consumidores, sino que también pone en jaque la sostenibilidad del sector ganadero en Argentina. Con productores enfrentando dificultades para competir en el mercado internacional y familias priorizando otras proteínas, el panorama parece complejo.
Mientras tanto, las autoridades deben tomar decisiones estratégicas para equilibrar la balanza entre el mercado interno y las exportaciones, garantizando que uno de los productos más icónicos del país siga siendo accesible para todos los argentinos.