Florencio Varela conmemorará el Día Nacional de las Personas Sordas Argentinas, declarado de interés municipal, el jueves 19 de septiembre. Organizado por la subdirección de Museo y archivo Histórico de Varela, en conjunto con la Asociación de Sordos Amigos Varelenses, el objetivo será concientizar sobre la importancia y el conocimiento del lenguaje de señas para toda la comunidad.
La jornada comenzará a las 14 en el Museo Comunitario de Artes Visuales e Archivo Histórico, ubicado en la calle 25 de Mayo y Chacabuco, barrio Centro.
En la oportunidad, se realizará un simulacro sobre la realidad que viven los sordos a la hora de comunicarse en la vida cotidiana, se simulará una situación de atención al público a la persona sorda. Además, se proyectarán videos relacionado a la temática. El objetivo de la misma, es visibilizar las herramientas adquiridas por el personal de las áreas del Municipio para poder interactuar en forma dinámica y eficaz con miembros con discapacidad auditiva de la comunidad y concientizar a la alfabetización de aquellas personas que no poseen el conocimiento o creen no tener la posibilidad de acceder a dichas herramientas.
¿Por qué se conmemora este día?
El 19 de septiembre, se conmemora el día del sordo, establecido en 1885 por el Congreso Nacional Argentino, al sancionar la ley N° 1.666 mediante la cual se creaba el primer Instituto Nacional de Sordomudos, que se constituyó en la primera escuela de lengua de señas de nuestro país y en toda América Latina. En la Facultad de Trabajo Social se estudia la Tecnicatura Universitaria Intérprete en Lengua de Señas Argentina.
Dado la Asociación Argentina de Artes y Señas (ADAS), los primeros maestros de esta escuela fueron italianos que educaron a los chicos bajo los principios del Congreso de Milán de 1880. Entre otras decisiones, se dejaban a los adultos sordos fuera de las escuelas especiales y se concebía al lenguaje oral como el principal, desechando la lengua de señas como modo de comunicación. Esto hizo que las personas sordas fueran quedando excluidas e imposibilitadas en el lenguaje de las señas.
En Argentina, si bien los profesores apoyaban el oralismo, acompañaban sus palabras con gestos que los niños comenzaron a usar como un código de comunicación que de a poco se fue ampliando y años más tarde, se constituiría en la Lengua de Señas Argentina (LSA).